Crucero de dos pisos

de dos matrimonios

de dos dedos de frente

de dos sueños acéfalos

de dos y más

dedos y másmédula

de dos mil seis.


Pero creo en dos

y en dos busco

y en dos imagino la mesa

con su brilladero de risas

de rutas clandestinas diamantes.

Creo en dos por necio

no por fe

si no por una terca ilusión

con la mierda cotidiana enjuta sus aristas

ya me cabe entre el pulgar y el índice

va en mi bolsillo como amuleto

contra la línea recta.

No hay cosa más lugar común

que marchar a una tierra prometida

de luces y de juegos que ignoran las consecuencias,

nos pone de rodillas la noche,

asoma con rostros de cada norte

exhalando lamentos en puños que golpean sobre un paño verde,

sobre nunca.

Y Moribundo está todo lo ido,

no sabes abandonarnos aquí que sube riesgo

aquí justo

abandonarnos a ti y a mí y a lo rotundo

justo aquí donde sospecha se rompe.


Lo que hay entre tú y yo

la atmósfera, la curvatura al otro lado de la cama

la pieza invisible de lo que no eres tú ni yo es la cadena,

el material impreciso con que se forma el lazo

la ida y vuelta de un par de nudos obligan a quedarse.

Quedarse: dispositivo de protección

medida de seguridad sin. Artefactoemergencia.

Quedarse en el viaje

en la contemplación

quedarse quieto

solo

con hambre

¿quedarse con tigo?

Apuesto el resto.

A estas horas

las preguntas y las respuestas se muerden la cola,

no nos sacan del recodo de esta turba

Como flores secas en la mano antes de ser entregadas

sentimientos de más extravían nuestro rumbo.

Yo sólo quería jugar a las escondidas

carcajearme de las carencias

y amasar un cuerpo.

¿para qué tanta lentejuela en este mar de espejos?


Guardo las fichas

me despido

de fatiga, de fuguita, de fusil.

Si la distancia nos toma de rehenes,

quiero que renazcas en este túnel de luces fenómeno

por tus muertes naturalmente aceptadas

y por todos esos secretos que no puedo repetir por respeto.

(Freemont Street está a dos cuadras del infierno)

   
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