Voy a desanudar mi ombligo
como un libro abrirme
recorrer con el índice
los animados jeroglíficos
que no puedo leer.

Voy a hojearme
como se hojea
una obra en lengua extraña
hambrienta
impaciente
buscaré con los dedos
las formas redondas
de un punto inflamado.

Voy a tocarme
como se toca un instrumento,
quien mejor que yo
para saber
donde debo detenerme mas de un tiempo.

Voy a desatar el lazo,
descubrir la plana rota de mi espalda,
pasar sus hojas
con un dedo ensalivado,
me cerraré
exasperada
solo para volver
a desanudar mi ombligo
y como un libro abrirme

***

Yo pongo palabras
a la melodía de tus sonidos
animales.
Eres músico y tocas,
impones el ritmo
cadencioso
acompasado,
pero yo no quiero ceñirme
a la métrica que pauta
la sinfonía que dictas

A propósito escribo
lúbricas discordancias:
esdrújulas, tu muerte.

Yo quiero arritmia
taquicárdica poesía.

Soy yo la que provoca tu fracaso
y se precipita.

***

No te toco como debiera,
entorpecidas mis manos
solo aciertan a moverse
de la única manera que saben hacerlo.

La derecha busca la pluma,
no la encuentra,
pero traza
con manuscritas caricias
el sensual movimiento redondo
voluptuosa caligrafía

La izquierda
no encuentra el diapasón
pero trata de pulsarte
hasta que gimas
un acorde pleno

***

He manchado mis sabanas
de negro,
con indelebles marcas
del jugueteo amoroso
entre la poesía y mi piel
en ellas
se lee la historia
del poema que persigo,
el duelo a muerte
entre mi voz
y el silencio,
la brevedad de las palabras,
su muerte.

Hay palabras muertas en mi cama,
perecieron al desprenderse
dolorosamente de mi cuerpo.

***

Poema Corporal

Leer un cuerpo es fácil.
La metáfora del mar por la piel,
la aliteración del sudor de salado sabor,
el ritmo portentoso
del instrumento que se toca bien,
la contaminación de los sentidos,
de lo que se palpa con los ojos
se escucha con la boca
y se prueba con las manos.
Leer un poema escrito por dedo divino,
respetando la puntuación de oscuras lunas.
Un cuerpo de verso libre
o bien medido,
poema de lenguaje deleitoso
de lengua viva.
Leer un cuerpo es fácil,
con la entonación adecuada
y en voz alta.

***

No escribiré más sobre tu cuerpo
y en tu cuerpo.
Ya no mojaré mi lengua en el tintero de tu boca,
ni la usare para trazar
con caligrafía redonda
el poema que deseabas en la piel.

No más el diestro trazo de mis dedos
prediciendo renglones
de roja tinta hirviendo.

No más escritura sensible,
caracteres oscuros que jueguen a esconderse
en este blanco cuerpo de papel.
Dejaré de leerme
con lánguidos sonidos graves,
dejará sus lúdicos bailes
mi pluma fuente
de creación desbordada y terrible.

No,
No escribiré más.
Guardaré silencio.

***

Literofilia

Deslindas tu aterciopelada piel
con poéticas lenguas.
Las letras logran asirse y esconderse
en oquedades y relieves
de tu propia escritura braille.

La p se prende de tu pendiente pezón,
se oculta una o en tu ondulante ombligo,
la lúbrica l en tus aletargados labios secretos,
apartada a en acalorada axila,
la salina s descansa en tu espalda, suspendida.
perezosos versos
se adecuan
a tus formas trémulas,
los signos traviesos
efectúan en ti sus bailes rituales.

Y tu
embriagada,
te mueves para que
las letras evadidas
busquen afianzarse
a ti con mayor fuerza

   
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