EN LA LÍNEA DE JUEGO
(o en qué quedamos, Terminator)

Jorge Souza Jauffred

PALABRAS PARA ABRIR UN LIBRO


Esto está oscuro y tiembla

mi padre, el padre del que todo lo puede

¿me ha mentido?

Soleida Ríos


¡Ruegue por mí, Padre, en la ciudad es la noche!

Emile Nelligan


Si todo esto es real, padre

Si la sustancia azul del cuerpo el humo

Rojo que exhalan las paredes el aposento

Gris donde el amor a solas se desnuda

Son de verdad acaso

Si este pan de medusas

Si estos ojos que caen como en un sueño, si esta memoria mía,

Si estas cartas tendidas en la mesa

Son de verdad verdad

Si este plato de pasta aquí servido

Si esta plata adensada en nuestros ojos

si acaso

Todo esto es cierto, padre

: Si éstas alas quemadas en los párpados

Esta lengua de sal que se bifurca

Son acaso verdad

Si esto que vivo es cierto y no es sólo un puñado

De pájaros ardiendo sobre mis ojos

Si esto que siento es agua de otra luz más lejana

Si mi palabra es pozo hundido en la mirada de mi hambriento corazón

Si mi ojo vela esta noche con sus lunas desechas

Si esto que leo a diario en el pecho del mundo

Si esto, pregunto, es cierto

Si hay otra estrella sobre el tropel de potros

Que se desborda adentro de mi sangre

Si es cierto que yo soy esta figura de humo

Este hombre que devora la línea de su tiempo

Para amanecer en un sueño distinto cada día

Si está cayendo, padre, una lluvia de sal sobre mis ojos

Si mis pequeños pulmones no respiran acaso sino espejos

Si esto que toco, te pregunto, existe, si farmacias y árboles

Camiones avenidas y semáforos

Están aquí presentes, materiales y duros como piedras

Si estoy en un vagón de un tren que se detiene cuando suelta la noche su alarido

Si bajo y me dirijo a una calle en penumbras

Y camino entre gente que cubre con ceniza

El espacio cerrado de los ojos

Y que agita las manos para espantar la sombra

Si te hablo, padre, y mis palabras son sólo un rumor de cal

Si te hablo con una boca que se deshilacha bajo el viento

Si mis palabras son apenas lagartos que buscan ascender a tu montaña

Si mi cuerpo, mitad corcel, mitad cuchillo

No logra desatar el grito que te nombra

Si no recuerdo ahora ni mi nombre

Si no sé de pronto sino que yo soy yo

; Si imágenes construidas con el verde temblor del amanecer

Al fondo de la noche siguen a un hombre que huye

Y que ya no recuerda el sueño que persigue

Si la sangre se alarga como un río

Si el dolor es la lumbre cotidiana que devora la cama en la que duermo

; Si las olas crecidas ruedan sobre la noche y las escucho lejos

Sentado en una roca, como un negro animal hipnotizado

Si sus golpes oceánicos destruyen las ciudades

Si los cuerpos humanos son atados al asma por los peces

Que pulen sus escamas en un brillo de luna

; Sí vírgenes y bestias

Intentan no encontrarse en laberintos

/ Cuál es entonces,

Padre, el nombre de este juego

: Quién se esconde detrás del antifaz,

Quién lo pegó en el rostro

Si es que rostro tenemos, dime,

Quién te habla desde “mí” quién te convoca

: quién

Asoma en este brote de palabras, quién

Cultiva esta luz que nos cultiva

Quién se la bebe a solas sin nosotros

A quién le duele el mundo atrás del alba




ACTA DE NACIMIENTO


Nací al borde de la primera estela,

bajo el signo de Libra : bejucos de cobalto

tensas placas finísima de hierro, flores de magenta, (expiración

intensa del mercurio), dieron forma a la luz,

construyeron raíces

que corren por mi historia y amanecen

cada noche cubriendo el paladar

Del costado más limpio de mi lengua

fruto y serpiente extraje

Arranqué la espina oscura de mi hueso

y le entregué su nombre

y la hice germinar sobre mi carne

Párpado de otro sueño, Eva, la nebulosa,

diseminó su sal sobre mi arena

y en la sombra me amó como se ama

a un enorme pez lleno de luz

Luego vino la fruta : la mano con la ofrenda

la pera de aquel árbol varicoso

llevada hasta mis labios de vidrio por su mano

un fuego inexplicable ardió en mis ojos

su lumbre me mordió en la base del cuello

el ardor de la sal se diluyó sobre la piel del vientre

y el golpe del pecado delicioso en el oscuro triángulo del sexo

en la humedad vivísima de tu secreta lengua

abrió caminos negros donde corre el agua más buscada

y bebí, bebiste, Eva, nos bebimos

con una sed de siglos derramados en la sombra de ti, de mí, nosotros

y entonces me perdi

ya no fui yo, en la caída

las alas nuestras no nos sostuvieron


…………..

Ahora la noche se desgaja entre azules y violetas

y cada pájaro revela minuciosos secretos

bajo el diamante de la madrugada

Pero yo ya no estoy, sólo mi voz perdura;

el que escribe este texto

en esta máquina ocupó mi lugar

e intenta detener estas palabras. Quiere evitar que corran

que crezcan como luz en tu oído

para que tú, lector, no lo descubras

y continúes creyendo que yo soy el que extravió sus pasos

y se mueve entre sombras en tu mente

mientras el otro que yo soy burla a la muerte

y al lado de otra Eva construye aquí su nuevo paraíso


I LA INCERTIDUMBRE

El primer día, Dios levantó los ojos

y miró la flor inmensa de la nada.

Cercado, aburrido de sí, decidió jugar.

Luego se preguntó cuál sería El Juego

en cuántos niveles lo abriría

quién sería el jugador quién el perseguidor

Y creó la incertidumbre, madre de las caídas

Sobre su filo puso a correr al hombre

Atrás de él, camina Terminator





APARECE TERMINATOR Y EL AUTOR HABLA CON ÉL

“Los distintos modelos de Terminator son perfectas máquinas de matar. Disponen de un esqueleto de forma similar al humano cubierto por una capa de piel sintética y órganos visuales, auditivos, etc. mucho más sofisticados que los seres humanos. Esta similitud con lo humano, el nuevo demonio tecnológico ,lanza contra los espectadores algunos de sus miedos más atávicos. Tal vez sea una revisión del mito del aprendiz de brujo traspasada a los nuevos tiempos.” (http://www.lukor.com/cine/especiales-terminator.htm)


La madrugada es un lago que revienta

Pero sus aguas no pueden ahogarme

En mi copa ya no hay licor ni fuego

Sólo un golpe de perros contra el vidrio vacío

Y botellas desleídas, trastos secos, cristaleros abiertos

Ruido de carros rasgando mi entrecejo

Y este olor a ciudad que crece como enredadera

Adentro de mi frente con todos sus cuchillos

La noche destrozada entierra sus cristales en los ojos


Y tú y yo reímos, Terminator

bajo el peso de una luna larga y colgante que se mece

Como si fuera hoy un día de ceremonia

Golpeamos el silencio con las palabras tercas

Construimos una esfera para guardar en ella nuestro cuerpo

Para parar el mundo

Y escuchar el hilado del texto que nos forma

Buscamos, Terminator, acabar

con este viejo asunto entre nosotros

de una vez. Matarte o perecer.

Pero es en vano.

Recorrimos las frases durante horas, desmenuzamos

La red de la sintaxis ; y te entregué una a una las razones

Para vivir vivir vivir vivir ahora.

Te expliqué que no debes detenerme

Que tus dedos de sólido mercurio no tocarán la fibra de mi pecho

Que no me reconozco en tu mirada

Que no puedes matarme hasta que muera

Y la ceniza de mi sangre sangre

Espere (inútilmente) Terminator

Una agrura brutal que me mordiera

O estallara de pronto en las arterias

Del cerebro algún coágulo perfecto

: Tu disparo final : el deslumbrante extraviado pivote de la luz

Pero nada ocurrió y aquí seguimos,

Ni me vences del todo, ni te alejas.

Y yo sigo viviendo como un árbol

Con las manos tendidas hacia el tiempo

Con sus lagunas rotas y el deseo abriéndose

Ramificándose rompiéndose rampando reptando

Resolviendo reveses y reviviendo rostros.

Y sin embargo

He perdido los sueños en tus manos

El agua de la vida aún me baña pero el jabón ahora se termina

Tengo el shampoo adecuado para el pelo

Pero el cabello me ha ido abandonando

Los años se apresuran en las agujas tercas

El esternón no marca, como antes, sus compases

Y los ritmos y vértebras sus vértigos y ortigas

Rompen mi soledad con aletazos mudos dolorosos

Una puerta se cierra ante mis pasos

Y mis pies ya se clavan en un sueño

(: Es la mañana , me digo

que me golpea con todos sus fulgores)

(El viento

que me arroja un puño de recuerdos a la cara)

(La sustancia del cuerpo

reconociendo el alba)

Nada me queda, sino esta borrachera enredada en las nubes de mi rostro

Nada, sino un mundo que se tambalea desde el fondo de mí y arrodillado

Un horizonte de líneas convergentes

En el que el cuerpo es el protagonista

Que aguanta tus embates, Terminator,

Su debilidad es su fuerza ; su oscuridad

Su luz ; su locura la voz

Su resistencia resistencia

Un cuerpo que encuentra cada noche

El alcohol constructor de su guarida

Los sueños navegando en las pupilas

Y la lengua buscando entre las ruinas el calor

Se la piel de la mujer amada

: El sabor femenino danzando

En el cerebro del cerebro

………………


Nada le pido al ángel, Terminator, sino que restañe

El óxido agobiado del pulmón

Que recuerde la cifra de mi carne

Y la suelte a rodar en la ruleta

En busca de la mano que la salve

De la mano de luz que le dé forma

y le otorgue otra vez aroma y canto

Escucho los ladridos de mi voz

El ronquido silencioso del arroyo que irriga los tejidos medulares

El rasposo rumor de aguas que fluyen

Por los espacios más turbios de este cuerpo

Escucho allá en el fondo el recorrido de un farol que mantiene la esperanza

De una oscura luciérnaga que boga entre los precipicios

Buscando siempre un ojo mío capaz de abrirse a solas nuevamente

El intento de despertar a aquel que soy

Para entender también a quién tú eres

Quiénes, al cabo, somos, podríamos inquirir

Mientras el tiempo agota sus veladoras últimas

Y los caballos líquidos nos llaman

Para recuperar amplias praderas

Mientras el horizonte se abre

Y las sandías se encienden de la nueva mañana

Y nuestros pasos caen al basurero del mundo

Con nosotros a cuestas como pájaros



EL AUTOR COMPRENDE QUE TERMINATOR
ES EL PERSECUTOR EN EL JUEGO


La noche terminó y aún estoy vivo

Mis alas son de cobre tengo cristales negros en las manos.

Mi voz no tiembla mi respiración es azul

En mis dedos el fuego en mi corazón la perla

Es cierto

: Ya no quedan más cartas en mis dedos

La última colilla está por apagarse

El telón podría caer en cualquier momento

Terminator podría tal vez tocarme

Por eso es que mi lengua se abre entre la risa

Y otras voces se enlazan a mi silencio

Los antiguos relatos tejen en mi nuevas historias

Y palabras gastadas presas en mis oídos

Desenvuelven su luz y su mentira

Y dan forma a mi mundo. Y yo Escucho :

“Omóplatos, espalda, contorno de los muslos

Escápula matriz vesícula intestino

Agua raíz y páncreas hermético duodeno

Mucosas escamantes elementos linfáticos

Arterias, esternón, ligamentos del cuello

Anginas, epiglotis

Tráquea y bronquios bellísimos.

Y este árbol cerval verbalizado

Se abre y reconstruye

Siempre hacia las alturas

Edificio del aire, fachada de las nubes

Multiplicado canto de los pájaros

(Es cierto

Mis dientes ya aprenden a caer

Y el goteo del tiempo

Se filtra por rendijas que no alcanzo

: Humedece paredes y columnas

Debilita el cimiento de las piernas

Traza con sus venenos suaves grietas

En la cintura muda de las naves)

Mas la tragedia aún no se desborda

El río florece aún entre las venas

La luz escribe aún en mi retina

Y yo alzo mis manos mientras emerge el sol

Perla sobre las aguas

Y construye mi historia

Toco ahora sus rayos con mis hombros

Su yerba amarillenta con la piel de mi pecho

Porque la vida va jalando un carro

Y en sus dientes se lleva aquello que quisimos

Sólo nos deja el eco y la nostalgia

Un camino que se desvaneció

Una guitarra que no puede pulsarse

Porque el árbol que le dio su madera

No ha sido aún sembrado en nuestro sueño



EL AUTOR OBSERVA LA BELLEZA
METÁLICA DE SU ÚNICO CONTENDIENTE


Estás de pie, ante mí,

Con el poder atado a tus neuronas

Y la furia agitando, en tus arterias

El ramaje violento de la sangre

Hermoso gladiador

Encendido por redes electrónicas

Por flujos de protones tamizados

En códigos binarios, en fístulas complejas

Que brillan como una red magnética en tu cráneo

: Buscas a alguien, Terminator, pero tú no lo sabes.

Miras alrededor muy lentamente

Tu dedo calcula el peso del gatillo.

Como buen tiburón hueles las vísceras

Desperdigadas luego del ataque

En el cristal desecho del futuro

Yo, mientras tanto, César, te saludo (hola,

Digo). Y no hay licor ahora sino humo

Y tras el humo, tú, como la estatua

De un futuro Goliat, bajo la niebla

Esperando el momento de atraparme

Pero ni tú ni yo sabemos Terminator

Por qué, ciegos, viajamos ni hacia dónde

Ni qué dedos trabajan el teclado

De la pantalla en la que estamos inmersos

Ni quien es el piloto en esta nave

Ni si al final espera algún puerto




EL AUTOR RECONOCE SU DEBILIDAD ANTE TERMINATOR


Mira ahora mi rostro, mis arrugas

Las venillas ardientes en los ojos, la nariz

Que aletea para jalar cada nueve segundos su dotación de aire

Mis labios temblorosos que repiten esta vieja oración

Terminator, este puño de letras que descubre

Pájaros de la noche, murciélagos

De sándalo, escarabajos ciegos que rascan en el muro

Las redes neuronales permanecen

Pero el nervio crural, el músculo sartorio

Los semimembranosos, las espinas iliacas

El trocánter menor, la arteria femoral

Han perdido la goma que les brindaba brillo

Las elásticas tintas, la veloz pincelada

Ya no soy el que fui

Me fui perdiendo y nunca regresé

Ahora los minutos se aflojan a mi cuello

Y en cualquier autobús, en cualquier calle

Adentro de mi casa, en la azotea

Construyen sus armarios

; Bajo mi cama duermen en ataúdes de agua

Y con sus dedos verdes dibujan cada noche

Un calendario afónico.

Así que no podría soportar ni un golpe tuyo

Ni levantar el brazo para frenar la bala

Con un gesto divino en cámara lenta

Que demuestre que al fin he comprendido el mundo

No no no soy el héroe de Mátrix

No soy el Neo elegido, (el neo-elegido)

Porque la mente no cultivó sus campos

Y el código del rol que me programa

No ha llegado hasta ahora a mi ADN

No podría cabalgar sobre un corcel

Por caminos perdidos en el Lejano Oeste

(; Ni correr a esconder estos temores

Entre los muslos dulces de una joven)

Menos aún girar una pistola

Y dispararte al centro de los ojos. No soy

Siquiera aficionado al tiro

; Y el boliche no sirve, Terminator.

Apenas he podido (a estas alturas)

Acercar esta copa hasta mis labios

Y dar el sorbo, (Padre, tú lo sabes).

Y retener el cáliz en mis manos y no dejar caer la última gota

De esta linfa fugaz que me ilumina

Y que busca su cruz para extinguirse

No he comprendido nada, Terminator

Ni nietzchez ni platones ni hégeles ni marxes

Menos aún suassiures o kristevas

Me han entregado el tuétano del hueso

Solamente palabras más palabras que tú hombre de lata

Armadura de luz sincronizado

Espejo de mi muerte no quieres entender

Déjame repetirlo : No he comprendido nada : ni siquiera

Si sin saberlo habito una pantalla

O si estoy atrapado en algún sueño

; o si soy el que sueña

o el soñado.

Jorge Souza Jauffred

es poeta y periodista. Estudio filosofìa, una maestría y un doctorado en Linguïstica. Es autor de once poemarios y tres antologías de poesía contemporánea así como de numerosos artículos sobre temas literarios. Su obra ha sido recogida en una veintena de antologías. Actualmente es profesor investigador de la Universidad de Guadalajara y director de Literatura de la Secretaría de Cultura de Jalisco.

   
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