Da muestras de lo que eres sin demostrarlo, si puedes.


Si me pierdo porque sí y me encuentras sin motivo, iré contigo a cualquier lugar.


Atento, atento cual felino ante su presa, busco el eco de las cosas, el secreto de la luz.


Aprende a no prender a nadie y a sorprenderte con todo.


Echaba todas las tardes unas migajas a los peces dorados del río del olvido.


Voy a dormir un rato, le dijo el hijo a su madre muerta, y tras quemarlo todo, se dedicó a mendigar sombras, sonidos.


Un temblor de pájaros con frío me invadió el corazón cuando te fuiste sin noche ni día ni regreso.


No lloro, no lloro, no lloro, no, que yo ya no sé llorar.


Llevaba ciñéndole el pelo azulado un lazo de aire blanco.


Lo que ayuda a vivir no son las certezas, sino las ilusiones.


Agónico, todavía soñaba los arenales de su isla desierta.


Vi en una hoguera inmensa en Praga quemarse un millón de violines, y tocaban a muerto las campanas.


Algunos nombres de mujer me queman en la sangre.


Amo el fuego como otros aman el dinero, con deleite y avaricia.


Muchos poetas escriben buenos versos sin ser buenos.


Sevilla, Cádiz, Granada, Machado, Alberti, Lorca, vine a buscaros desde la estepa castellana, desde la terrible estepa.


Hay una ciudad que amo más que ninguna, a la que me iría a vivir para siempre.


Desmayada y reluciente, la sangre de Mayo estaba gritando su derrota.


Entre el ir y el venir, ven; entre el ser y el estar, estate quieto.


Dibuja lo que escribes y sueña con eso.


Duelen las cosas recién abandonadas; duelen y duermen solas.


Miro las islas con anhelo de explorador salvaje.


No te metas en nada, no te mezcles con nadie. Desobedece a todos y a todo a ver qué pasa.


Esa edad frágil en que sólo nos separa de estar muertos el no haber nacido aún.


Me atraen la esperanza loca de Espronceda, la bohemia audaz de Valle y la genialidad insuperable de Goya.


Amo la lengua portuguesa como se aman los amores perdidos sin querer.


Piedra se llamaba y amaba los volcanes y a las mujeres negras.


Pues que la vida es larga y pesada, deja todo aquello que no necesites y avanza despacio.


No tu cuerpo desnudo, sino tu voz que era verdad.


Quiero lo que la noche aguarda y guarda la noche.


Te veo años y años caminar por un desierto sin más equipaje que tú mismo.


Todas las direcciones son desconocidas.


Si te conformas, estás perdido; si no lo haces, te pierdes.


¿ Qué pasaría si los dioses existieran de verdad ?


A vece se nos ocurren cosas que nunca ocurrirán.


Fracasar es amar y no ser correspondido.


¿ Dónde está todo lo que ha sucedido ?


Todos estamos en libertad condicionda.


Seas lo que seas no lo seas demasiado tiempo.


Mirar es de todas las facultades humanas la que más admiro.


Consumir y producir lo mínmo posible era para él una manera elegante de preservar su libertad.


El asentimiento mayoritario me horroriza.


Si me duelo es porque me han dolido.


Tengo, por suerte, menos deudas que dudas.


La fe del poeta es inconmensurable. Cree en todo sin verlo.

Primero, el niño juega con la vida; después, la vida juega con él.


Cuanto más hermosa sea la flor que se marchita, más profunda será nuestra sensación de pena.


No tengas por menor los pormenores.


La liebre es tan liebre como libre sea.


¡ Cómo me gustaría no hacer ni sombra !


Gasté en besos tiempo, fortuna y pensamiento.


Perdí padre, amigo, perro, casa, y me perdí. Pero aún atiendo, escribo, sueño aún.


Hay tantos espíritus en mí, que a veces el alma se me dispersa y se me fragmenta el cuerpo.


He conocido personas que sólo tienen ideas propias en público.


Como yo me conformo, tú te incomodas conmigo,


¿ Dejo de ser poeta cuando no escribo poemas ?


Nadie tiene mañana siempre.


No irse no es lo mismo que quedarse.


No te miro para verte, sino para verme a mí.


Borrarlo todo, todo, todo.


Sufrí por nada, por nada fui feliz.


Lo que nos une es lo que nos separa - o al revés -.


Tú, ten tu arte.


Soy un ave de presa, preso.


Quien nunca recibió una carte de amor, jamás estuvo vivo.


No creó nada, nada creyó.


Sentí los sentimientos de las cosas y asentí.


Perdidos los amores, perdidas las batallas y perdido el destino, soy el camino que anduve y el lugar al que nunca llegaré.


Todo lo mejor de mí lo olvidé; todo lo peor también. Lo mejor de los otros lo recuerdo; lo peor también.

***

   
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