MIGUEL ÁNGEL ORTIZ
(1984)


El cuaderno de las resignaciones
(fragmento)

tal vez otro día me hubiera puesto a dormir

pero cada quien sabe cómo se olvida un suplicio

cada uno sabe como sobrellevar

la máscara que cae al suelo y se destroza

me ha dolido el cuerpo de pronto

como si toda la vejez del mundo se me juntara

no quise ver el cielo y sus funerales

no escuchar músicos con sus demonios dentro

me quedé esperando nada más

a ver si el tiempo se hundía por sí solo

lúgubre luz de las resignaciones

rendija de la pérdida y la salvación

no me dormí ni apague la lámpara

porque el mundo debe vivirse con todas sus piedras y abismos

hay un principio en el calabozo de la noche

pero lo hay también al quedarse quieto

los ojos están aquí y en todas partes igual al péndulo

- ese agujero que se traga a la vida -

unos y otros

como los hombres

como las historias que cuentan al hombre

y que los hombres cuentan a sus descendientes

no me dormí ni apagué la lámpara

para decir que había vivido




AUDOMARO ERNESTO
(1983)

Carta a César Vallejo

J´ai tant neigé

pour que tu dormes

Georgette

Vine aquí

y me doy cuenta que la frialdad de los parisiens

es intraducible al calor de nosotros

hermano

Es raro que de todas las casas del mundo

hayas escogido ésta

En nuestros países aún florece la miseria

los cartoneros son dueños de las calles

y el progreso es promesa que aparece

en los diarios

Es raro César

que toda tu cólera sea ahora esta piedra

y que estos heraldos

bajen y se posen sobre tu silencio

Cuántos poemas tuyos no habrán escuchado estos árboles

cuántas cosas no le habrás dicho

a esta tierra gris y fría

Seguramente los otros te observan

cuando sales de tu muerte a caminar en harapos

Seguramente conocen tu poesía

y tú la de ellos

Recuerdo cuando eras tema de charla

y te maltratábamos sintiéndonos los mejores necrólogos

Hoy ante ti

el río que soy se desborda por los ojos

la misma agua que deseaste cuando no era tiempo de partir

Hoy el cielo tiene limpio el rostro

y lejos está aquel deseo tuyo

Pero si debo decir la verdad

si tengo que confesarte la razón

que me trajo hasta aquí

es para decirte que

yo nací no cuando Dios estuvo enfermo

sino el día que los ángeles y yo velamos su cadáver

(escritura hospital de enunciados)

Recuérdalo querido César

toda tu muerte



ALEJANDRO CAMPOS OLIVER
(1983)

Las hojas del ficus son corazones de estrellas


Las hojas del ficus son corazones de estrellas

Se elevan como manada de gestos que zurcen mares

trepan el aire como gorriones de vuelo zigzagueante


Las hojas del ficus son corazones de estrellas

Se elevan como manada de gestos que almuerzan telarañas

leen el fuego como nerviosos búhos


Las hojas del ficus son corazones de estrellas

Se aman Se remiendan como el fuego

Se montan como el polvo

Se engullen como el mar

Se repasan como el aire

Perennemente breves

Perennemente huidizas


Sólo son hojas

Sólo se aman

Sólo se elevan



RODRIGO CASTILLO
(1982)


Anti-beatle

Que me declare anti-beatle

no quiere decir

que me declare sumiso

he puesto a prueba

mi hombría

escribiendo versos

a escondidas

padre:

—deja de escribir puterías

ni me declaro

anti-beatle por el gusto

de la fauna.


Fauna*

::::::::::*Léase escuchando Dont let me down

Canta el cerdo

para que no le metan navaja.



CARLOS CONDE
(1982)


Habría que limar los versos

y despojarlos de frases hechas

de metáforas inaprensibles

Pasar encima el filo del cuchillo

y rasurar el texto

palabra por palabra

Purgarlo de adverbios y adjetivos

Deshacerse luego

de núcleos nominales

podar estas líneas

hasta abstraer en los trazos de las letras

alguna forma vaga de caléndula

y tal vez entonces

Ninfa

tu belleza vendrá para habitar la página




ALÍ CALDERÓN
(1982)


Desde la siniestra imparcialidad

con que estoy mirándola…

Ramón López Velarde


Amanecí lopezvelardeano

enamorado incontinente de mis primas

maculando en cada singular atisbo

el honor de todas las Fuensantas mis cercanas

transeúntes niñas inocentes

y mujer cualquiera que delata invariable

a cada paso

iris pupila y globos oculares de fálica falicidad rampante.

amanecí lopezvelardeano

con la faz de mis mujeres sus facciones

tatuadas al genital en dulcedumbre.

Lopezvelardeano

atilaico mánchur en praderas

de leves y tempranas flores

velardeano

florismarte de todas las Hircarias

urbi et orbi

con un cierto sutil sabor a sexo

que acompaña mis lances

mis victorias y blande

asimismo

algunos de mis más catastróficos versículos.



ANTONIO ESCOBAR
(1982)


Putas para Eleusis

Trabajas los días las horas los misterios

cantas palabras exactas en cada verso

caminas mil veces los dos metros de tu celda

los jardines de tu reclusorio invades

con versos centelleantes y miradas a Pisa

Cabalgas sobre las horas de tu muerte en ciernes

Cabalgas un equino llamado Isabel Santa

Cabalgas hacia la locura superior de los dioses

Cabalgan tus versos sobre Yeats Elliot y Joyce

Sí, llegaron tus cantos a las fiestas de Eleusis

y se vuelven parte de sus misterios tus versos

para cantarles a Perséfone y Demeter

aquí, en esta lóbrega ciudad de Washington

donde los ánades cruzan el cielo en estrépito

iY tú, Ezra!

le pides a tu celador putas para Eleusis

porque sabes que esta vez no llegarán las vírgenes.




RUBÉN MÁRQUEZ
(1981)


Galería de poemas

***

Hay mañanas en que despertamos

sintiendo aún el peso de la noche

su humedad aletargada

y respirar el mar no es suficiente.

Hay mañanas en que algo se nos ha ido

algo ha descendido a lo profundo de los cuerpos

dejando un sabor amargo entre los labios.

Hay mañanas en que nuestros barcos no se encuentran

en que las olas se alejan simplemente y no regresan

en que todo se marcha hacia una tarde sin nosotros.

Hay mañanas en que amanecemos solos

sin las ganas de tocar el mar que nunca llega

tal vez aquellas horas

nos dicen que el mar es una ausencia interminable.



IVÁN CRUZ
(1980)


José de San Martín

Nada perderemos,

iremos a otra tierra,

hallaremos nuevos mares,

nuevas gentes,

nuevas ciudades llenas de colores

y sonrisas;

pero nuestra patria irá con nosotros,

a donde quiera que miremos

la patria estará allí,

esperándonos.

Nada hemos perdido

ni el amanecer desangrado del Cuzco,

ni los nidos de la torcaza araucana,

ni los muros dormidos de Macchu Picchu,

ni el color del maíz al desgranarse,

todo está en nuestro corazón

a la espera de nuestro regreso,

no temamos al viaje,

sigamos hasta encontrar

tiempos propicios para el regreso,

no hay nada que temer

aun en la muerte

la patria vendrá a nosotros

y traerá el rocío nocturno

del río de la Plata,

y el sol carmesí de los Incas

que en vida tanto regocijaron

a nuestros corazones.



ÓSCAR DE PABLO
(1979)


Plaza Luis Cabrera

Desde su antigua noche, todas las palabras

duermen: vela solo el sopor; cocodrilo sonámbulo bajo el flujo del cobre,

su pesadez transcurre, va nutriendo la tierra con si pulso de aceite:

frescor, noche pulverizada en chispas

diminutas.

Pero las cosas todas que aquí somos,

las cosas y sus ecos, somos también

la plaza: este silencio nuevo hecho de agua,

los vestigios exhaustos de un cartel

que la lluvia ha leído ya demasiadas veces,

la niñez fragmentada en cuatro o cinco

especimenes húmedos, la tubería salobre y sus follajes internos,

el sexo como un rostro en las ventanas, la anciana que se pudre

con sus medias de nylon desvaídas

y la fuente,

donde un relámpago tirado

yace.




ANTONIO RODRÍGUEZ
(1977)

Serenata para Gioconda dormida


Para G.G.G.

Tú no sabes, Yoko

que yo soy un cacto triste

-miserable-

una nube de huesos remendados

un tractor pidiendo permiso

para despegar.

Tú no sabes, Yoko

que una canción es un charco de tiempo

un árbol errante

y que montado en mi potro

de trapo y estopa

cantando mis himnos

cabalgo dejando un rastro de lodo

en las alfombras del rey.

En cambio, mi Yoko, tú sabes

hacerle el amor a una silla

cantar al compás de las puertas

cerrar las ventanas

en vísperas del huracán

Tú, Yoko

tienes los brazos de luna

que busca Cosette

por eso te canto

sin despertarte.

Entérate niña

este arrullo

de letras

es tuyo.



JAIR CORTÉS
(1977)

Enfermedad de talking

Puso incendio para el café,

quitó la tapa del cerillo

y se sacudió los perros de la cabeza.


La ventana de su librero

dejaba entrar la caja vieja de zapatos

que días antes había visto envuelta en el diciembre agrio tostado del vaso.

Miró su rostro en el cajón:

sintió entonces la pintura correr por su latido,

ánimo del suelo el de su cuerpo recostado sobre la fina azotea comprada en Venecia.

Preguntó por ella:

respondió el toc (tic tac) toc de un pájaro que voló dentro de la licuadora.

-No sé más de mí-

contestaron las voces terribles de su gripe

que, a estas alturas de la fragancia,

habían ya cocinado una pasta compuesta con letra de molde.

Dijo adiós,

pero un ligero, casi imperceptible bosque,

le abrazó de pronto, y ella, de sí,

volvió otra vez a lo real

y contempló la cuchara ciega

que buscaba, esta vez,

azúcar por encima de la mesa.





TANYA DE FONZ
(1976)


Abanicos

Mi rostro es la mayor de mis derrotas


Mis piernas se abren

sobre tu cuerpo

como alas de paloma

y es a mi sangre tierra

a quien encuentras

En ella labras

jeroglíficos

que sólo mi corazón

entiende.

***

Amado:

No es que tu voz tenga que escanciarse

Tampoco que tu cuerpo tenga que adaptarse

/al espacio sometido

A nadie le gusta el grito

cuando va cargado de huesos.

***

Levanto hierbas y plantas aromáticas

para construir la hoguera.

Mañana llegan en vuelo las flores.

Ellos…

quieren creer que son ellos

quienes nos incendian

pero son nuestras manos

nuestro hocico volteado.

Mañana llegarán en vuelo las flores

nos darán la mano y seguiremos resucitando.



HUGO DE MENDOZA
(1976)


Piscina sirenaria



Al parecer

Con su limpia densidad

La piscina atrae a las muchachas.


Sentadas Hunden sus tobillos.


En un grito caluroso

De un ambiente primavera

Talvez comience el alborotar de nadadoras.


Una pequeña -Apenas con diez años-

Se acerca al zafírico vitral.


Su trenza de materna artesanía

Es un lirio

Que hace táctil el matiz radiante.


La niña viene con sandalias Salta

Y al caer a la sábana turquesa

Estalla una pirotecnia de cristales;

Añicos de marinos astros

Festividad toda en el pecho del agua.


Yo le miro. Ríe mucho.

Cual infantil sirena

Nada en el rectángulo del mar. Canta.

Su canto es la transparencia más fina.


En su nado silencioso

Como cuando se oculta una medusa

La travesura es mojar a las jovenzuelas.


Quiere diluir sus maquillajes

Hacerlas niñas

Que sientan aletas verdes Rojas

Que al sumergirse

El hundimiento sea un pliego

De naturaleza viva.


Las adolescentes en cólera

Rabian un lenguaje torpe.


Frunciendo el ceño la niña Se aleja.


Sólo el agua le acompaña

Sólo el agua le simpatiza.


Y en un consuelo

La piscina crea una artificial marea.


Su ensoñación es reconvertirse en sirena.


La pequeña Flota dentro de azulejos.


Entonces se precipitan las muchachas.


Arrojan sus peinetas

Sus espejos.

Recordando que alguna vez

Soñaron ser sirenas.


ALVARO SOLÍS
(1974)


Styx

Largo, lo que se dice hondo,

es el cauce de los ríos que no llegan al mar

y llevan en sus aguas a todos nuestros muertos.

Hondo, lo que se dice largo,

es el río que no abandona su cuenca.

Largo y hondo, lo que se dice ancho,

es el río que lleva a la amargura,

invisible por debajo de las calles

en el dolor de la madre que ha perdido a su hijo,

en el dolor del hijo que nunca conocerá a su madre.

Largo, hondo, lo que se dice invisible,

recorriendo el tiempo de la vida cotidiana,

la luz de los semáforos,

y en las llantas desgastadas de la ira,

río, invisible río,

que de tan hondo, que de tan largo

parece no llegar y llega.

Largo, lo que se dice hondo,

hondo, lo que se dice turbio,

amargo es el río que será necesario cruzar cuando anochezca.


ROCÍO CERÓN
(1972)

Habitación 413

Que nadie contradiga cuan abierto es el deseo

de estar así, bajo las sábanas de otoño,

mirando destejer del día a las sombras.

Que nadie ose (no mientan, no sean púdicos) decir

que en este lecho de herido no hay gozo,

lascivia, encantamiento.

Que nada irrumpa tan excelso instante, que nada evite

el contacto de la gasa sobre el cuerpo.

Que nadie venga

(¡cómo no odiar a las visitas y sus lánguidos consuelos

y su encendido morbo por la muerte!) a escuchar

la respiración atrofiada, el quejido

—una y otra vez, una y otra vez—

de dolor profundo, oculto.

Que nadie mire este despojo de hombre

—ya flor, ya hierba, ya esqueleto–

agitándose en la arista del recuerdo,

intentando guardar las mieses, el sudor,

la breve valentía de ser presa.

Que nadie roce sus labios, manos,

que nadie toque nada.

No recorran esta habitación, esta ciudad cercada,

huelan sólo la fragancia del espino.



MANUEL CUAUTLE
(1971)


Xxxx

Existe un pasillo

de ladrillos rojos

donde

en noches de lluvia

los caracoles

corren en el

tiempo


son fieles al desplazamiento

los excita

recuerdan

que son hermafroditas

se miran las antenas

y se burlan de los viejos

que pasan a su lado

tienen un caparazón

pletórico de truenos

que se libera

y penetra

en la profundidad

de los oídos


eterna venganza

al ser asesinados

cuando los aplastan

crean resbalones

se vuelven

parte de las suelas

especialmente

en la de los niños

para que sientan

el primer dolor

de la muerte



MARIO BOJÓRQUEZ
(1968)



Gacela de negra y doliente raíz

I

Qué negra es la raíz

y qué amarga

y qué doliente

es la raíz del sueño

en donde tú, gacela,

de pie sobresalías

con una flor abierta entre los dedos.


II

Qué negra

he dicho

pero la verdad

es preferible

decir

qué oscura la memoria

y qué hueca

mi voz.


III

Qué oscura la memoria

y qué hueca

mi voz

en aquel sueño

en donde tú, gacela,

de pie sobresalías

con una flor abierta entre los dedos.


IV

Qué negra la memoria

y qué oscura raíz

y qué amarga

y qué doliente.


V

Con una flor

abierta entre los dedos

sobresalías

de pie

y había un abismo

entre tu vientre fértil de gacela

y la caricia ansiosa de mis manos.



ÁNGEL CARLOS SÁNCHEZ
(1967)

Muriendo de amor por esa perra

Para ella, es decir, para nadie

Es bella la asesina:

tiene su mirada el filo de un diamante

y de su piel emana una toxina alucinógena;

su cuerpo es una parvada de aves ciegas

que vuelan hacia el mar por puro instinto.

Es bella: de sus pasos brotan árboles de sombra,

y alrededor la luz llovizna y quema el suelo.

Es poca cosa compararla con la sangre,

pero es hermosa como el brillo de una herida,

como una pequeña dosis de suicidio.

Es bella: su palabra forma huecos en lo oscuro.

Es hermosa y lleva entre los dedos,

como ramo de flores palpitante,

un agujero negro en expansión.



MARCO FONZ DE TANYA
(1965)


El pensamiento feroz de algo pequeño


Cuando éramos bellos e inmortales y las moscas y gusanos

estaban lejos de nuestra nítida visión de niños sobre la tierra.

Cuando ella era un vestido en donde colgar los sueños.

Cuando era ese grano sorprendido en la tortuga que

/viaja por galaxias.


Cuando nuestras manos eran ciegas y descarnadas

buscando miel y llanto

nuestros pies eran sombras lunares

mandadas a lavar con diosas y termitas

nuestros cuerpos eran el hueso

donde se regocijaban el perro o la rata.


Éramos todo eso y la tierra era joven y lejana.


Cuando teníamos la inocencia estúpida bajo las axilas

y un monstruo de dos cabezas dormía en la misma almohada.


Éramos tú y yo terribles insectos devoradores de ideas, de silencios.


Cuando como brillo de un pensamiento o relámpagos de sabia luz

existíamos incómodos buscando preguntas dentro del sombrero,

dentro del conejo, dentro del mago.


Cuando éramos bellos e inmortales fuimos engañados,

entonces yo, era un imbécil confiado, y tú, gentil y en silencio,

nos dimos de amantes contra el suelo.

Miguel Ángel Ortiz (Durango, México, 1984).Docente, poeta, crítico literario. Ha ganado importantes reconocimientos, como el Premio Nacional de Poesía Joven “Elías Nandino” (2005) y el Premio Nacional de Poesía “Amado Nervo” (2008), entre otros. Ha publicado “Cuaderno de las resignaciones” y mantiene varios libros inéditos. Actualmente dirige un taller literario en el Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMAC) y preside la Sociedad de Escritores de Durango.

Audomaro Ernesto (Villahermosa, México, 1983). Poeta y ensayista. Fue becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Tabasco en “Jóvenes creadores” (ensayo). Estudió Comunicación en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco y Letras en la Universidad Nacional del Litoral, en Santa Fe, Argentina. Actualmente es becario de la Fundación para las Letras Mexicanas en poesía. En otro tiempo decidió “autoexiliarse” en Madrid, París y Sarrebourg.

Alejandro Campos Oliver (Cuernavaca, México, 1983). Licenciado en Docencia (área humanidades). Entre sus libros figuran: Oraciones Temblorosas (2005), Ciudad Insomne (2005) y Tiempo Azul (2005). Compilador de -Muestra de poesía Morelense Contemporánea- (2005). Becario en el área de literatura del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Morelos (2004-2005). Ha participado en numerosos encuentros literarios nacionales e internacionales en México, Canadá, Cuba, Perú, Ecuador, Colombia y Uruguay.

Rodrigo Castillo (Ciudad de México, 1982). Coordinador de colección y consejero editorial de Ediciones El Billar de Lucrecia Poesía Latinoamericana; jefe de redacción para la revista Tierra Adentro; obtuvo el Premio Nacional de Poesía Joven "Jaime Reyes", UACM, 2006. Ha hecho traducciones del portugués al español de Haroldo de Campos, Ferreira Gullar y Camila do Valle.

Carlos Conde (Puebla, México, 1982). Es poeta, narrador, ensayista y promotor cultural. Su poesía aparece en diversas antologías. Ha obtenido el Premio Filosofía y Letras en la categoría de Poesía (2005) así como en la de Ensayo (2006). Ha sido becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Puebla en la categoría de Jóvenes Creadores en la emisión 2007. Coordinador del Coloquio Internacional de Narrativa Mexicana. Actualmente estudia el Doctorado en Literatura Hispánica en el Colegio de México.

Alí Calderón (Ciudad de México, 1982). Es poeta, editor y crítico literario. Maestro en Literatura Mexicana. En 2007 recibió el Premio Latinoamericano de Poesía Benemérito de América. Fue merecedor, en 2004, del Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde. Becario de la primera generación de la Fundación para las Letras Mexicanas en el área de poesía. Es autor del poemario Imago prima y Ser en el mundo; del libro de ensayos La generación de los cincuenta y coordinador de la antología La luz que va dando nombre 1965-1985 20 años de la poesía última en México.

Antonio Escobar (Puebla, México, 1981). Es poeta y ensayista. Maestro en Literatura Mexicana por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Ha colaborado en diversos suplementos y revistas literarias. Es coautor de la antología La luz que va dando nombre: veinte años de la poesía última en México editada por la Secretaría de Cultura del Estado de Puebla. Forma parte del jurado de arbitraje del Suplemento Definitivamente jueves.

Rubén Márquez (Puebla, México, 1981). Poeta y ensayista. Es licenciado en Lingüística y Literatura Hispánica y Maestro en Literatura Mexicana por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Ha publicado en libros colectivos, revistas literarias como alforja, Crítica y Cultura de Veracruz y en diversos suplementos culturales. Ha sido antologado en La luz que va dando nombre (1965-1985): Veinte años de la poesía última en México. Su primer poemario Pleamar en vuelo está por aparecer en Ediciones Alforja, Arte y Literatura.

Iván Cruz (Ciudad de México, 1980). Poeta, ensayista y traductor. Terminó la carrera de Lengua y Literaturas Modernas Inglesas en la UNAM. Actualmente se desempeña como secretario de redacción de la revista de literatura Viento en vela. Es autor de Tiempo de Guernica. Poemas suyos aparecen en diversas antologías y revistas literarias. En 2008 obtuvo el primer lugar en el 1er. Certamen Internacional de Poesía Bernardo Ruiz.

Óscar de Pablo (Ciudad de México, 1979). Poeta, ensayista, traductor y activista. Ha publicado los poemarios La otra mitad del mundo, Los endemoniados, Sonata para manos sucias y Debiste haber contado otras historias. Estas tres últimas obras recibieron respectivamente, el Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino, el Premio Jaime Reyes de Poesía Joven de la UACM y el Premio Nacional de Poesía Joven Francisco Cervantes. Ha sido becario de la Fundación para las Letras Mexicanas y el FONCA.

Antonio Rodríguez (Torreón, México, 1977). Dramaturgo, poeta, fotógrafo, trovador. Es autor de los discos Rolas, De vuelta a la madera y De acordes y caracoles. Actualmente cursa la maestría en Estudios Latinoamericanos en la UNAM y coordina el Taller de Lírica en la Escuela de Música del Rock a la Palabra. En 2007, obtuvo el Premio Nacional de Literatura INBA con la obra de teatro El vuelo de Cliserio.

Jair Cortés (Calpulalpan, México, 1977). Poeta y traductor. Becario de la Fundación para las Letras Mexicanas y del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Su obra ha sido incluida en diversas antologías de poesía mexicana. Autor de los libros A la Luz de la sangre (1999), Tormental (2001), Contramor (2003) y Caza (Premio Nacional de Poesía “Efraín Huerta” 2006). Parte de su obra ha sido traducida al portugués, náhuatl, inglés, mayo, tsotsil, francés y catalán.

Tanya de Fonz (Guadalajara, México, 1976). Poeta y actriz. Ha publicado las siguientes plaquettes y libros de poesía: Jocabed y la ranura abierta, Pequeño Panfleto en Gran Formato y Otras Cuartillas, Indagación de lo correcto, Ronda de muertos y Abanicos. Ha participado en las publicaciones colectivas: Voces varias a veces líquidas. Muestra de poetas jaliscienses y 100 poetas del Mundo. Actualmente es coeditora de la Editorial Andrógino y forma parte de las compañías de Teatro El ojo lleno de dientes y la Escena Muda.

Hugo de Mendoza (Guadalajara, México, 1976). Poeta y editor. Mantiene varios libros inéditos de poesía, entre ellos Sebastián y El tango del ángel es el movimiento tuyo, de próxima publicación. Algunos de sus textos han sido traducidos al portugués. Ha sido publicado en diarios y revistas de divulgación cultural. Fundador del colectivo Literajen. Actualmente dirige la revista literaria “el golem”.

Alvaro Solís (Villahermosa, México, 1974). Licenciado en Filología y actualmente cruza la maestría en Literatura Mexicana en la BUAP. Ha publicado tres libros de poemas. Por su obra ha recibido los siguientes reconocimientos: Premio Clemencia Isaura de Poesía 2007, Premio Nacional de Poesía Amado Nervo 2006 y Premio Tabasco de Poesía José Carlos Becerra 2003. Fue becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes y de la Fundación para las Letras Mexicanas.

Rocío Cerón (Ciudad de México, 1972). Poeta y editora. Ha publicado Basalto, por el cual recibió el Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen 2000, en poesía; Litoral, Soma y Apuntes para sobrevivir al aire. Ha sido becaria del FONCA en su programa de Jóvenes Creadores en las emisiones 1998-1999 y 2006-2007. Es editora de Ediciones El billar de Lucrecia, dedicada a la reciente poesía latinoamericana, y fundadora del colectivo MotínPoeta dedicado a proyectos interdisciplinarios cuyo punto de partida es la poesía. Obra suya ha sido traducida al inglés y al alemán.

Manuel Cuautle (Ciudad de México, 1971). Poeta, fotógrafo y promotor cultural. Estudió Lengua y literatura hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Es autor de los poemarios Delirios, Cuerpos nómadas, Emulación de la tierra, El suicidio del caracol y En la partitura del exilio. Su obra literaria ha sido publicada en revistas nacionales e internacionales. Fue miembro corresponsal del Instituto de Documentación e Investigación sobre la Literatura Platense en la Ciudad de México. Organiza las Jornadas de Poesía y Poetas de América.

Mario Bojórquez (Los Mochis, México, 1968). Poeta, editor y traductor. Ha publicado Pájaros sueltos, Contradanza de pie y de barro, Diván de Mouraria, y El deseo postergado, entre otros. Poemas suyos han sido incluidos en diversas antologías y revistas literarias. Ha recibido innumerables becas y distinciones. Su obra ha sido traducida al inglés, portugués y alemán. Actualmente se desempeña como editor asociado de la revista Biblioteca de México y coordina el taller de retórica de la Fundación para las Letras Mexicanas.

Ángel Carlos Sánchez (Acapulco, México, 1967). Ha publicado nueve poemarios, entre ellos: Muriendo de amor por esa perra, Huecos necesarios, Luz ultraviolenta, y Caminar el miedo. De narrativa tiene tres libros editados: Hidrofilia, Emboscada y 101. Como artista plástico ha realizado exposiciones individuales y colectivas a lo largo del país.

Marco Fonz de Tanya (Ciudad de México, 1965). Cursó estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y en la Escuela de Escritores de la SOGEM. Ha impartido talleres de creación literaria en diversas ciudades de México y desempeñado labores editoriales. Entre sus libros figuran: Los animales mal llamados hombres, Intermedio absurdo en una función de medianoche, Del hominem amorfo, Cantos siniestros a Chiapas, El ojo lleno de dientes, Los buscadores de Shavana-Lamar (Premio Estatal de Poesía Rodulfo Figueroa/Biblioteca Popular de Chiapas, 2002) y Oziko.

   
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